domingo, 26 de abril de 2015

DÍMELO.

He vivido 21 y siento que he vivido poco, y es cierto, si lo pienso me sofoco. He dedicado mis horas a esto que lees, y me he desahogado frente a mil críticas, risas y excusas. He llorado por estar arriba y haber caído, me han fallado y fallado, y si te soy sincero desde entonces no he confiado. Será por esta carga, será por esta cara, será por mi forma de ser, que es tan opuesta a la vuestra y no encaja. Lo que sí admito es que no he sido ningún santo ni un bendito, que si me han jodido me he defendido. A veces he sido quién ha fallado y no he querido verlo, a veces sólo he necesitado tiempo, a veces he querido volar lejos y que nadie pudiera oírme, que nadie pudiera verme ni tocarme. En muchas ocasiones me he echado de menos a mí mismo, a aquello que fui y que vuelvo a ser ahora. Recuerdo las noches sin dormir escribiendo para desahogarme y escuchando música, ahora disfruto de esas noches en la que tú eres la música. Estoy escribiendo lo que siento, y siento que duele, tú que me odias, lo siento si no te conmueve. Me hago mayor para unas cosas, joven para otras, lo que veo es que la vida no es tan corta. Y así soy yo, y lo siento, perdonadme si no cambio, me he sentido en ocasiones un chico solo y rechazado. Yo sólo quiero música, yo sólo quiero gente real conmigo, yo sólo quiero crecer como persona, yo sólo la quiero a ella, yo sólo quiero su amor, yo sólo quiero vivir en esta felicidad y no en vuestro infierno. Dime, dime porqué a veces todo es tan difícil, porque es tan fácil que te fallen. Dime, dime lo que sea, pero dímelo, dime si ese odio y rechazo es culpa de ellos o el culpable soy yo.