miércoles, 25 de octubre de 2017

LIBERTAD

Libertad, qué bonito nombre tienes. Y qué bella eres. Llegas, sin buscarte pero sí soñarte, sin forzarte pero sí anhelarte. Llegas, llegas tan de repente, tan pura. Y lo cambias todo. Alumbras mi vida en un momento en que ya comenzaba a resbalar de la cuerda floja cual equilibrista de circo que se precipita al vacío, y muere. Y yo no quería morir. Ni quiero.

Yo quiero ser tú, libertad, feliz y despreocupada como la sonrisa de un niño el día de Reyes, fuerte y valiente como una leona defendiendo a su cachorro de una manada de hienas; capaz y sencilla y como el vuelo de un pájaro. Quiero ser libre, como Nueva York, y la estatua levantada en tu honor, libre como el que camina por la calle y sonríe sin saber por qué. Libre como estos versos que inundan el papel. Libre como Lorca, su poesía y su alma, libre como los sueños, como esa estrella fugaz que brilla y desaparece a su antojo, sin importarle que unos ojos no hayan tenido el tiempo de observarla y pedir algún que otro deseo. Libertad, quiero ser libre, libre como tú.