jueves, 26 de mayo de 2016

YO TAMBIÉN.

Yo también he visto a mi vida derrumbarse por momentos. También sentí como mi yo se perdía en el recuerdo. También escribí textos, sin ningún fundamento. También dije "Estoy bien" cuando estaba muerto por dentro. También probé lo que es vivir que te dejen de lado, y no tener ganas de nada por sentirte un puto fracasado. También sentí lo que es vivir en soledad y que tu paz mental se vuelva guerra y te mates sin piedad. A pesar de mi corta edad mi corazón ha sido testigo de como el tiempo pasaba y nadie estuvo aquí conmigo. Mi estado de ánimo se volvió regresivo. Tres mentiras, dos puñaladas, un fracaso, pocos amigos. Pasa el tiempo y poco se puede hacer, el daño ya está hecho, y por culpa de eso yo me he sentido inservible. Creedme cuando os digo que si entraseis en mi pecho querríais salir corriendo lo antes posible. Nunca fui el más guapo de la clase, ni el más divertido, ni el más inteligente. No, no lo fui. Yo fui el que se equivocó y a pesar de morir tuvo los huevos de renacer y encararse al mundo, aunque éste le viniese grande. Y ahora sé que tengo un privilegio, poder luchar por lo que amo sabiendo que eso me sacia. Ahora el niño débil del que se reían en el colegio es el que hoy escribe textos por los que le dan las gracias. ¿Tienes un sueño? Déjate los huevos y persíguelo. Que yo lo tengo y aunque tardé en verlo sé que estuve siempre haciendo lo posible por alcanzarlo. Y aunque en el camino sentí dolor ahora veo que todo tiene su recompensa cuando ellos te ven como su ídolo. Que no te engañen, el tiempo no lo pone todo en su sitio, los huevos sí, aunque no se aprecie desde un inicio. Yo tuve el valor de escapar del rebaño y aprendí a quererme yo antes de que lo hiciese nadie. Hoy alzo el vuelo, tengo las bambas gastadas de tanto vivir caminando. Despego los pies del suelo y poco a poco hacia arriba voy volando. ¿Has visto bisabuela hasta dónde estoy llegando? Ojalá pudieses ver todo por lo que estoy luchando. Pienso seguir aunque me desangre los codos, los pocos que me conocen saben bien a lo que me refiero. Lo hago por mí, lo hago por ti, lo hago por todos. Por los que creen en mí, por los que jamás creyeron. Por los que están, por los que se fueron, por los que vendrán, por los que dijeron "Ahora vengo" y nunca volvieron. Por los que me odian, porque me hacen sentir pleno. Por los que me apoyan, porque saben que les quiero.

jueves, 12 de mayo de 2016

A VECES.

A veces me pregunto cómo coño soporté la gran cantidad de decepciones que la vida me fue poniendo. A veces me pregunto cómo coño soporté, cómo lloré, cómo luché y porqué sigo sonriendo. Son ya 22 y van más preguntas que respuestas, algo que para mí es jodido, porque siempre he intentado solventarlas y muchas veces por más que lo he intentado no he podido. Avancé poco a poco y poco a poco más preguntas me han surgido, preguntas que, por desgracia, tampoco he respondido. Echo de menos al niño inocente, hoy me limito a ser feliz en mi presente, la cabeza alta y la mirada siempre al frente. Sí, hoy puedo decir que soy fuerte. Aunque lo intenté mil veces, no me libré de las rayadas de mi mente. Pero bueno, al menos volví a sonreír, aunque he de decir que soy una persona diferente. He perdido a amigos que sin motivo alguno se han ido, y es que ya me lo dijeron: "Si se va, es que no vale". Por eso siempre cuido a los que tengo y a los que entran, no a quién sale. He aprendido a valorarme, ya no me siento como un cero a la izquierda, ya no me rayo por quién no vale una mierda. Son más de mil bofetadas las que me he llevado, son más de mil veces las que la cara me he partido por personas que me han olvidado. Resulta gracioso, no imaginaría que todo lo que ocurriría iba a ser cosa del destino para ser fuerte hoy en día. Todos tenemos a alguien a quien amar, aunque solo algunos afortunados lo llegamos a lograr. Todos tenemos a quién amar, al igual que también tuvimos a quién nos vino a matar. Todos hemos tenido ganas de llorar, y todos hemos sabido echarle huevos y nos hemos logrado calmar. No lo escondo, es un hecho, echo de menos ser pequeño, sentir que vuelo libre y saber cuál es mi lugar. Quiero triunfar, quiero avanzar, pero a tu lado, ¿entiendes? Si no es contigo, no voy a ninguna parte. Quiero cuidarte, amarte, tenerte, sentirte, vestirte, desvestirte y placer darte. Quiero escalar mi propio Olimpio, dejarme los huevos, llegar alto. Quiero hacerlo sabiendo que los míos apoyaron mis actos. Sé que es un sueño, y sueño poco, al fin y al cabo, los sueños, sueños son. Pero bueno, quien sabe, tal vez se cumplan si se sueñan con el corazón. Sino dime, ¿alguna vez imaginaste que bajo el mar hubiera ahogadas miles de fortunas? ¿O que alguien algún día dejaría su huella en la luna? Es cuestión de huevos, constancia y ambición. Cuestión de no rendirse a pesar de no hallar la solución. Paciencia y voluntad como antídoto al veneno que supone afrontar cada reto, y si ves que están completos subir otro escalón, ¿no? Pues eso. Qué quieres que te diga, mi tiempo vale oro, desde luego, y no pienso malgastarlo, la vida no es un juego. Ya no soy el niño que antes rezaba mirando al cielo, ni el que cada vez que se enfadaba se tiraba por el suelo.