miércoles, 24 de octubre de 2012

MUCHAS GRACIAS, THANK YOU, MERCI BEAUCOUP...

Hace mucho tiempo que no os agradezco a vosotros, mis lectores, el apoyo que ejercéis en este, mi blog.
En primer lugar, pedir disculpas a los lectores que me hayan comentado alguna que otra entrada, ya he respondido todos los comentarios que me habéis dejado, pero es verdad que he tardado un tiempo. Sé que no es excusa pero la verdad es que ando un poco escaso de tiempo y cuando entro en mi blog suele ser para subir algo y no suelo pararme a leer los comentarios. Sin embargo, a partir de ahora lo haré, sí, me comprometo a prestar más atención y a leer y responder cada comentario o pregunta que me hagáis en una de mis entradas. A partir de ahora responderé todos los comentarios que me vayáis dejando, me gusta ver que me escribís palabras de agradecimiento, me animan a seguir escribiendo y a seguir plasmando lo que pienso, siento y vivo en mis días.

Seguiré escribiendo, relatando, plasmando, expresando todo lo que llevo dentro, al fin y al cabo escribir es una de mis formas de vida.

Muchas gracias por el apoyo, espero que sigan disfrutando de este blog.

sábado, 20 de octubre de 2012

RAYADAS, MÚSICA, ESTRELLAS, BOLI Y PAPEL.


Estoy tirado en el suelo de mi habitación, boli en mano derecha, folio en la izquierda. Intento levantarme pero que va, no puedo, estoy mareado, saturado, mi cabeza expulsa toda la mierda que tiene dentro en forma de humo por las orejas, una voz en mi interior me pide que me levante ya, me incorpore de nuevo en la silla del escritorio y vuelva a empuñar el boli, porque así lo paso “súper bien” y puedo despreocuparme. Eso intento, me levanto y me tambaleo, camino y llego al cuarto de baño, el reflejo de mis ojos con ojeras en el espejo me da vergüenza ajena, aparto la mirada rápido, pienso: “Mejor vuelvo al cuarto y me vuelvo a tumbar”. Pero que va, regreso al baño, me sitúo de frente a él, allí está delante mía, cara pálida, párpados caídos y ojos entristecidos, lo miro fijamente a los ojos y le digo: “‘¿Y esa cara?. Levanta esa jodida cabeza, estás pasando por malos momentos, sí, es cierto, pero mira lo bueno que tienes, ELLA nunca te dejará solo, estará contigo hasta el fin de los días, vamos capullo, arriba esa barbilla, alza esa frente, la tienes a ELLA, tienes que estar de puta madre”.

Sonrío y me incorporo, llego al salón con un par de folios y un boli en la mano, los dejo sobre la mesa y tiro para la cocina, pillo un vaso, Coca-cola, un par de hielos y me monto mi propia fiesta. Mírame, hundido en el sofá, los pies en la mesa, y aquí sigo escribiendo como si no hubiera más días, enciendo la tele para intentar desconectar y la apago al instante porque lo único que hay es la mierda del Teletienda.

Paso del salón, me agarro al pasamanos de la escalera y voy en busca de aire libre, salgo a la azotea y el viento azota mi cara, mi pelo va de un lado hacia otro, miro hacia al cielo y allí está, allí está la estrella más bonita del firmamento, la que bauticé con tu nombre. Me tumbo boca arriba y la miro, no puedo apartar los ojos de ella. Al rato de estar mirándola cierro los ojos y sonrío. Y aquí, tirado, rayado, me da por pensar en mi futuro, me levanto cada día a las 6 de la mañana, me mato para obtener una formación firme, un trabajo digno, lograr una estabilidad y para que a mis hijos no les falte el scalectrix, el monopoly o el barco pirata, para que puedan presumir de padre, para que puedan sonreír, para que en el cole digan: “Pues mi padre esto...mi padre lo otro...”, para que se me acerquen, me abracen y me digan: “Papi, eres el mejor, gracias, soy feliz”. Y cualquiera que lea esto pensará: “Juanma tio, no veas si has madurado, yo diría que un montón, entraste en tu carrera, ya quisiera yo, y veo que te has hecho súper fuerte, enhorabuena bro”. Y a esos yo les digo...já, bueno...no les digo nada y sigo mi camino porque a pesar de haber madurado, en realidad por dentro estoy tela de jodido, aunque sonría y por fuera pueda parecer que no, aunque pueda parecer que no.

¿Y qué me queda?. Pues lo de siempre, echarle cojones a todo, seguir adelante aunque no pueda más, caerme y levantarme constantemente, derrumbarme y reconstruirme, morir y renacer. Pero...sobre todo una cosa, apoyarme en ELLA, ha estado conmigo, sé que está ahora y sé que estará SIEMPRE aquí a mi lado, no tengo ninguna duda acerca de eso. Yo también estaré con ELLA, SIEMPRE, hasta que llegue mi jodido final.

GRACIAS por TODO.
Te quiero.



jueves, 4 de octubre de 2012

LA LLEGADA DEL OTOÑO.

La llegada del otoño es siempre para mí, repentina e inesperada. Algo totalmente ilógico, pues desde la más tierna infancia hemos aprendido las estaciones del año: Primavera, Verano, Otoño e Invierno.

Pero es inevitable, de repente un día me levanto con una oscuridad inusual, es la hora de todos los días y aún no ha amanecido. Y los árboles que dejo atrás mientras camino por esas calles frías dónde se oye el ruido de mis pasos se mueven en una danza alocada muy distinta a esa perezosa quietud a la que me habían acostumbrado durante la canícula.

Salgo a la calle y mis pies todavía semi-descalzos en las sandalias veraniegas, notan una desagradable humedad, ha empezado a caer una mansa lluvia, mansa pero fría, y sus gotitas se clavan como diminutos alfileres en la piel, que añora la calidez del sol y su caricia festiva.
A media mañana, compruebo que no solo se ha nublado el día, sino mi ánimo, parecen haberse apagado las luces de la fiesta, y los ecos de las risas despreocupadas y veraniegas, son ya solo ecos.

El alma se encoje un poquito sobre sí misma y suspira satisfecha, ya ha aceptado el encuentro con la sosegada tranquilidad, un poquito melancólica, que le trae la nueva estación. Y se despereza respirando el aire fresco inundado de nuevos olores, a lejanas tierras mojadas, y se abre a nuevos sonidos, los de hojas que caen lentamente y crujen bajo pisadas rápidas.

La llegada del otoño, es siempre para mí repentina e inesperada, yo diría que es como la vuelta a casa después de largos meses de viaje, al principio se te hace raro y mustia, triste, echas de menos el verano, pero luego te das cuenta de que no te acordabas de esa sensación de levantarte y no sentir el calor asfixiante durante todo el día, o sensaciones como ver un paisaje plagado de hojas de tonos marrones y anaranjados por todo el suelo, hojas que hace un par de meses eran verdes. Supongo que eso es lo bonito que ofrece el otoño y el cambio de estación, el poder ver un mismo paisaje de distinta forma, una distinta estampa por así decirlo. Bienvenido otoño.

Verano, te echo de menos.