lunes, 31 de octubre de 2011

RACIONALIDAD.

Hay días en que te notas un poco acelerado, lo ves todo pasar muy rápido, te sientes transparente y a la vez presente, amnésico, subido de tono, te encuentras desorientado, permaneces en silencio con una brutal presión forzando tus manos a desgarrar en mil pedazos cada una de las partes de tu cuerpo y lanzarlas con la mayor fuerza posible al lugar más lejano. Te sientes diferente, miras a todo el mundo y te preguntas a ti mismo ¿Qué es lo que estarán pensando ahora mismo las cabezas de todas esas miles de personas que se encuentran a tu alrededor? Notas que eres como un bicho raro, surgen más preguntas...

¿Qué es exactamente lo que he venido a hacer aquí? No hay respuesta, simplemente estás ahí porque tienes que estarlo, no existe ningún tipo de explicación, es nuestro instinto, nuestra mente, la que se ve obligada por algún motivo a realizar todo aquello que se nos plantea enfrente nuestra, esos impulsos que sin querer te llevan a una situación entrometida, a veces inexplicable. Seguido de todo esto es cuando nos hacemos la pregunta de ¿Por qué estoy haciendo todo esto? ¿Por qué me pasan a mi este tipo de cosas?.

La respuesta es muy sencilla, porque no soy un ignorante. Porque pienso cada una de las cosas en las que estoy metido, cada una de las cosas que tienen que ver conmigo y cada uno de los actos que me influyen o que me repercuten de alguna manera ya sea voluntaria o involuntariamente. ¿Hay alguien que se pregunte constantemente el porqué de las cosas? ¿Soy el único? Hay veces en que uno piensa y se da cuenta de que todo no es tan bonito como parece, de que no se puede ser un ignorante con dos piernas habitando en un mundo de desconcierto e inocencia.

Por muy en contra que esté la situación, siempre tenemos elección. Son nuestras decisiones las que nos hacen ser quienes somos y siempre podemos optar por hacer lo correcto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario