martes, 9 de febrero de 2016

"LA VIDA ES DURA, HIJO".

He pasado noches llorando porque el esfuerzo no valió la pena, he hecho sufrir a gente a la que quiero como si se tratara de unos cualquiera. He caminado solo, comiéndome la mollera, buscando a ese chaval que se perdió bajo la luna llena. Escribiendo varias horas al día en un blog para seguir adelante, cagándome en quién no creo porque no soy el de antes. Recuerdo aquellos instantes con una fría sonrisa y en mi pecho los guardo como si de diamantes se tratase. Yo no quiero tías ni amantes, quiero que estés siempre a mi lado para que vengas y me salves. "La vida es dura, hijo" me decían mis padres, entendí que tenían razón cuando el dolor se me plantó delante. Me estuve a punto de rendir cuando caí, pensé que se acababa todo para mí. Pero al final no fue así, por muy putas que las pase como un fénix pienso resurgir.

Y aquí sigo, luchando cual barco de papel contra viento y marea, me da igual lo que sueñes, desees o quieras. Al final todo es la misma mierda, si anhelas algo eres tú quién tiene que mirar por ti, lo creas o no lo creas. Sin saber hacerlo, he bebido como un bestia hasta caer dormido con sudores fríos, me he portado con quién más quiero como un puto crío. Por culpa de zorras y de mi inocencia me metí en líos, y para nada, para acabar siendo tan sólo un recuerdo vacío. Días sin salir de mi cuarto a oscuras, sintiéndome por dentro como basura. Perdí la confianza en mí mismo ante tal abatidura, me odié por no ser capaz de levantar cabeza y no encontrar para este dolor una cura. Mi cabeza un crisol de emociones, llena de subidas, llena de bajones. Llena como de fuerza mis cojones, llena como mis folios y el vaso en momentos de bajones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario