jueves, 12 de mayo de 2016

A VECES.

A veces me pregunto cómo coño soporté la gran cantidad de decepciones que la vida me fue poniendo. A veces me pregunto cómo coño soporté, cómo lloré, cómo luché y porqué sigo sonriendo. Son ya 22 y van más preguntas que respuestas, algo que para mí es jodido, porque siempre he intentado solventarlas y muchas veces por más que lo he intentado no he podido. Avancé poco a poco y poco a poco más preguntas me han surgido, preguntas que, por desgracia, tampoco he respondido. Echo de menos al niño inocente, hoy me limito a ser feliz en mi presente, la cabeza alta y la mirada siempre al frente. Sí, hoy puedo decir que soy fuerte. Aunque lo intenté mil veces, no me libré de las rayadas de mi mente. Pero bueno, al menos volví a sonreír, aunque he de decir que soy una persona diferente. He perdido a amigos que sin motivo alguno se han ido, y es que ya me lo dijeron: "Si se va, es que no vale". Por eso siempre cuido a los que tengo y a los que entran, no a quién sale. He aprendido a valorarme, ya no me siento como un cero a la izquierda, ya no me rayo por quién no vale una mierda. Son más de mil bofetadas las que me he llevado, son más de mil veces las que la cara me he partido por personas que me han olvidado. Resulta gracioso, no imaginaría que todo lo que ocurriría iba a ser cosa del destino para ser fuerte hoy en día. Todos tenemos a alguien a quien amar, aunque solo algunos afortunados lo llegamos a lograr. Todos tenemos a quién amar, al igual que también tuvimos a quién nos vino a matar. Todos hemos tenido ganas de llorar, y todos hemos sabido echarle huevos y nos hemos logrado calmar. No lo escondo, es un hecho, echo de menos ser pequeño, sentir que vuelo libre y saber cuál es mi lugar. Quiero triunfar, quiero avanzar, pero a tu lado, ¿entiendes? Si no es contigo, no voy a ninguna parte. Quiero cuidarte, amarte, tenerte, sentirte, vestirte, desvestirte y placer darte. Quiero escalar mi propio Olimpio, dejarme los huevos, llegar alto. Quiero hacerlo sabiendo que los míos apoyaron mis actos. Sé que es un sueño, y sueño poco, al fin y al cabo, los sueños, sueños son. Pero bueno, quien sabe, tal vez se cumplan si se sueñan con el corazón. Sino dime, ¿alguna vez imaginaste que bajo el mar hubiera ahogadas miles de fortunas? ¿O que alguien algún día dejaría su huella en la luna? Es cuestión de huevos, constancia y ambición. Cuestión de no rendirse a pesar de no hallar la solución. Paciencia y voluntad como antídoto al veneno que supone afrontar cada reto, y si ves que están completos subir otro escalón, ¿no? Pues eso. Qué quieres que te diga, mi tiempo vale oro, desde luego, y no pienso malgastarlo, la vida no es un juego. Ya no soy el niño que antes rezaba mirando al cielo, ni el que cada vez que se enfadaba se tiraba por el suelo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario