martes, 16 de junio de 2015

"SOLO SON DÍAS LARGOS".

Días largos, días amargos, mente extraña, mi cabeza anda loca tejiendo telarañas. Un suspiro que se clava en el alma por pensamientos que dañan, el recuerdo de ese daño golpeando mis entrañas. Veo mi reflejo en el espejo y me extraña que no pueda atravesar las paredes, no me extraña el sabor seco de mis antiguos placeres. Mi mirada es triste, mi habla no es alegre y yo no soy el mismo, ojalá pudiera volver a sentir ese egocentrismo. Las noches son logaritmos que cuestan resolver, no puedo dormir, me harto de pensar, no sé si escribir, no sé lo que hacer. No sé si es resaca de los éxitos de ayer o es miedo por no sonreír a pesar de los que hoy logré. La verdad es que me encuentro atrapado en este agujero, soy sincero en todo lo que digo, soy humilde y trabajo y para mí eso es lo primero. No me hables, no me mires, no me digas nada, tan solo déjame con mi alegría enjaulada. 

Días amargos se hacen largos, ¿por qué me vuelvo a hundir? Pregunto, sin embargo. No quiero estar abajo, como digo en los tablones, no quiero estar abajo y resulta que me hundo a pesar de mis cojones. ¿Y esta sensación cuándo se va a marchar? ¿Cuándo voy a confiar? ¿Cuándo dejaré de agachar la cabeza por mis bajones eh? Me hablo a mí mismo y me digo que no soy un saco de boxeo, soy la sonrisa de un niño pequeño leyendo un tebeo. Hace tiempo que dejé de confiar en mí, pasa el tiempo y sigo igual ahora, si las lágrimas que brotan salen de cora al menos sé que sigo vivo, y eso mola, yo, mira, lo prefiero. He de dejar de hacerme daño, he de dejar de echarme mierda, he de vivir sin ponerme trampas, vendas en los ojos, muros ni peros. Seguir así no puedo, morir por esto no debo, sangre de espartano, corazón de león. Me temo que a este paso acabará por enterrarme este veneno, y es que el dolor del interior no se cura con ibuprofeno.

Todos tenemos días largos, esos días en los que nos encontramos totalmente abajo. Son nuestros días, luchando contra nosotros mismos por salir de ellos, pero a gusto dentro de ellos. Decimos "déjame en paz, que no es tan amargo. No estoy tan mal, solo son días largos". Y no, no son solo días largos, no son solo días amargos, es mucho más que eso.

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