Si me caigo, si me hundo, si no sé qué hacer te pregunto. Un abrigo testigo de todos mis pasos desde hace ya un mundo. Siento mis humos a veces, mi forma impulsiva de hablar, yo no sé cómo aguantas, lo admito, si no hay forma real de aguantarme un minuto y tú sigues soñando infinito. Van dos años vividos, van dos años vividos contigo, van dos años estando tan cerca que puedes contarlos mejor que yo mismo. Y siento de verás mis mierdas, mis "no puedo", mis "no hay quién me entienda", mis "esto es imposible", mis noches de rayadas de mierda volcando mi ira al escribir para desahogarme y poder sonreír. Te conocí cuando estaba roto y me has hecho querer y sentir, ojalá un corazón como el tuyo, "dame un abrazo gigante", un "te quiero capullo" y ya estoy de nuevo arriba gracias a ti. Sé como soy, sé como eres, recuerdo las tardes de piques hablando del futuro, y míranos, ahora juntos construyéndolo siendo uno.
Ponemos el contador en dos y empezamos de cero, cada dos por tres un revés y al suelo, sin embargo, desde que estoy contigo vuelo muy alto por el cielo. Yo no sé lo que haría si tengo un problema y no estás la primera. Puedo contar mil historias, mil victorias, mil detalles que influyen de forma notoria en mi vida y salidas que diste cuando estaba hundido y no había escapatoria. Dices que se me da bien escribir y cuando se trata de ti no encuentro palabras exactas, y te debo tantas...Si el miedo se agarra a mi garganta, tú vienes y el nudo se larga por patas. ¿Cuántas veces? ¿Cuántos meses? ¿Cuántos años? ¿Cuántos besos? ¿Cuánto queda? ¡Dime que sabes que quiero que estés para siempre viviendo a mi vera! Puede que llueva o puede que nieve, yo seguiré a tu lado pintando los días de bien. Puede que seas el motivo más fuerte que tengo para ser feliz desde que te besé ese amanecer. Puede que seas una estrella, una amiga que escucha mis metas y lucha por ellas, siempre cerca, da igual dónde vaya.
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